No dan las horas para tanto cine. Ni leído ni escrito. Para la semana que viene tengo dos análisis de guiones pendientes y mil y una pelis por ver. Pero me centro en lo visto y recomendable hasta ahora.
Hablando con Edu, he caído en que es más que probable que muchas de las pelis que veo aquí no lleguen nunca a un cine español, no ya de Alcalá, sino de Madrid.
Bendito será el día en que llegue Netflix a España!!! Ese iba a ser mi negocio. Lo tuve claro desde el primer día que lo conocí (ya conté en blogs anteriores mi incidencias con la entrega de películas y los buzones neoyorquinos). Pero se me han adelantado. La compañía, que pese al crecimiento espantoso que ha tenido desde que surgió allá por 1997, se ha expandido poco internacionalmente. De hecho, yo seguía pensando que sólo estaba disponible en EEUU y Canadá, pero acabo de leer que desde septiembre ya está disponible en toda Latinoamérica y Brasil. Mira qué suertudos nuestros amigos argentos!
Al parecer, Netflix tenía prevista su visita a España a principios de 2012, pero se ha retrasado. Esperemos que esté cuando vuelva, porque es adictivo. Mucho. Y puede ser muy buena solución para la piratería y para la distribución de películas, pues contarían con una plataforma nueva en la que exhibir. Y, además, soy un cero a la izquierda en cuestión de descargas, quiera o no. Veremos qué pasa.
El caso es que últimamente he visto varias pelis que me han dejado muy buen sabor de boca y no quería dejar de compartir. Me he tragado, además, todo lo habido y por haber de The Big Bang Theory, y creo que tengo sobredosis de Jim Parsons. Ahora a ver si consigo ponerme con Game of Thrones, que sólo he visto el primer capítulo. Pero es que últimamente mi cuerpo me pedía 30 minutos de diversión facilona.
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